Fisiopatología
Tras
la primoinfección, el MTB llega a los alvéolos pulmonares donde se produce la
fagocitosis del mismo por los macrófagos. Los macrófagos infectados son
transportados hasta los ganglios linfáticos regionales, hiliares y
mediastínicos habitualmente. En la mayor parte de los casos, la infección se
controla. Sin embargo, en algunos casos, especialmente en lactantes, niños
peque-ños e inmunodeprimidos, la infección progresa dando lugar a la enfermedad
pulmonar o diseminándose produciendo enfermedad extrapulmonar.
Tras
la primoinfección inicial, los niños eliminan escasos bacilos a través de
secreciones respiratorias y, por tanto, estos pacientes muy excepcionalmente
serán bacilíferos y, por tanto, son escasamente contagiosos. Sin embargo, las
reactivaciones tuberculosas en adolescentes y adultos jóvenes que se infectaron
en la primera infancia, especialmente si presentan formas pulmonares cavitadas,
suelen ser formas bacilíferas y, por tanto, altamente contagiosas. Por ello,
los niños suelen contagiarse tras contacto con adultos bacilíferos, y no por
contacto con otro niño con tuberculosis, que rara vez será bacilífero
Periodo de incubación
Desde
el momento de la infección hasta que aparece la lesión primaria o una reacción
tuberculina significativa, de 4 a 12 semanas, aproximadamente. Si bien el
riesgo ulterior de tuberculosis pulmonar o extra pulmonar progresiva es máximo
durante el primer o segundo año después de la infección, puede persistir
durante toda la vida en forma de infección latente. Al parecer, la infección
por VIH incrementa notablemente dicho riesgo y acorta el intervalo en que se
manifiesta clínicamente la tuberculosis.
Período de transmisibilidad
En
teoría, todo el tiempo durante el que se expulsan en el esputo bacilos
tuberculosos viables. Algunos enfermos no tratados o tratados de manera
inadecuada pueden tener intermitentemente bacilos en el esputo, durante años.
El grado de transmisibilidad depende del número de bacilos expulsados y su
virulencia, de la buena ventilación, la exposición de los bacilos al sol o a la
luz ultravioleta y las oportunidades de que se dispersen en aerosol por la tos,
el estornudo, habla o canto. Los niños con tuberculosis primaria por lo común
no son infectantes.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA
TUBERCULOSIS PULMONAR
Se
debe recordar que los individuos con infección tuberculosa no son enfermos, por
lo tanto, no presentan síntomas ni signos de enfermedad.
La
mayoría de los niños enfermos de tuberculosis pulmonar pueden hallarse
asintomáticos o con pocos síntomas. Los síntomas más comunes son los
siguientes:
•
Tos.
•
Síndrome febril.
•
Falta de apetito o anorexia.
•
Pérdida de peso o falta de progreso.
•
Cansancio o falta de actividad.
En
ocasiones la infección cursa con febrícula leve, y rara vez con fiebre alta,
tos y afección del estado general, síntoma de tipo gripal que resuelven antes
de una semana.
La
forma más frecuente en niños es la forma pulmonar, con mayor predominio de
formas ganglionares.
Intratorácica:
• Pulmonar 80%
Extratorácica:
• Lindafenopatia 67%
• SNC 13%
• Pleural 6%
• Miliar 5%
• Esquelética 4%
Alrededor
del 70% de focos pulmonares son subpleurales y es habitual una pleuresía
localizada.
La
inflamación parenquimatosa inicial no suele ser visible en Rx. De Tórax. Se
observa un infiltrado localizado inespecífico antes del desarrollo de
hipersensibilidad tisular.
Todos
los signos pulmonares lobares experimentan igual riesgo de infección inicial.
En
el 25% de los casos existen 2 ó más focos primarios.
El
20-40% de los casos desarrollan meningitis. En la radiografía de tórax se
evidencia infiltrados diseminados como imagen de “granos de mijo”. Más de la
mitad de los casos pueden presentar Mantoux negativo.
Pleuresía
localizada:
Rx
de Tórax: infiltrado localizado parenquimatoso, linfadenitis regional. Las
sombras radiográficas: Lesiones de colapso-consolidación.
La
secuencia usual es de linfadenopatia hiliar, hiperinsuflación focal y después
atelectasia (es un colapso pulmonar producido por una obstrucción de las vías
aéreas o por presión en la parte externa del pulmón).
Tos
no productiva y disnea ligera. Los síntomas sistémicos, como fiebre, sudores
nocturnos, anorexia y disminución de la actividad son menos frecuentes.
En
algunos lactantes, dificultad para aumentar de peso o desarrollan un síndrome
de retraso de crecimiento.
Los
signos pulmonares son menos habituales: sibilancia localizadas o disminución de
los sonidos respiratorios, taquipnea o rara vez, dificultad respiratoria.
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